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CASCO
Casco bicicleta carretera Vanrysel ROAD R 500
El Van Rysel RoadR 500 se ha convertido en mi casco “de batalla” para carretera: ligero, ventilado y sorprendentemente cómodo para lo que cuesta. Cada vez que salgo con él tengo la sensación de llevar un casco mucho más caro, tanto por el ajuste como por el comportamiento en marcha.
Primeras sensaciones
Lo primero que me llamó la atención al sacarlo de la caja fue su compacidad y el diseño limpio, muy de casco de gama media/alta, sin estridencias. En blanco queda muy bien con casi cualquier equipación y, a nivel de visibilidad, también aporta ese plus cuando las condiciones de luz no son perfectas.
Al ponérmelo por primera vez noté enseguida dos cosas: el peso contenido y lo fácil que es ajustarlo con la rueda trasera tipo turn-ring. En talla M declara unos 275 g, y en la práctica no se hace nada “cabezón”, incluso en salidas largas donde un casco pesado termina molestando.
Ajuste y comodidad en ruta
El sistema de retención trasero permite afinar el ajuste con una sola mano, incluso rodando, algo que valoro mucho cuando cambian las condiciones (gorro fino en invierno, gafas distintas, etc.). El arnés abraza bien la cabeza sin crear puntos de presión raros y la correa se regula rápido, sin tener que pelearse con hebillas duras.
En rutas de más de tres horas el casco se mantiene estable, no se hunde hacia delante ni baila al mirar atrás o al esprintar. A pesar de que la parte posterior no tiene un acolchado excesivo, el apoyo es homogéneo y no he tenido molestias ni rozaduras, algo que sí me ha pasado con otros cascos más caros.
Ventilación y comportamiento en calor
Uno de los puntos fuertes del RoadR 500 es la ventilación: las aberturas delanteras y los canales internos crean un flujo de aire continuo que se nota especialmente en subidas largas. En días calurosos, la cabeza se mantiene razonablemente fresca y nunca he tenido la sensación de ir “horneado”, incluso a ritmos de fondo en pleno verano.
La rejilla delantera ayuda a que entre aire pero evita la entrada directa de insectos, que es un detalle práctico cuando se rueda por zonas con mucha vegetación. En bajadas rápidas la sensación es de casco ventilado pero no ruidoso, algo que se agradece cuando se pasa mucho tiempo acoplado al manillar.
Seguridad y construcción
Saber que cumple la normativa EN1078 para ciclismo, patinaje y skate siempre da tranquilidad, porque implica que ha pasado pruebas de absorción de impactos y resistencia del sistema de retención. La construcción In-Mold, con carcasa de policarbonato y estructura interior de EPS, ofrece una combinación de ligereza y capacidad de absorción de energía típica de cascos bastante más caros.
Se nota robusto al tacto, pero sin ser tosco: no es el casco ultraligero de competición, pero tampoco es un bloque pesado y aparatoso. Para un uso de carretera, gravel ligero o incluso uso urbano deportivo, transmite la sensación de ser un casco polivalente y fiable, que es justo lo que busco para el día a día.
Relación calidad‑precio
Si algo termina de rematar mi opinión sobre este casco es su precio, muy contenido para lo que ofrece en diseño, comodidad y nivel de acabado. Dentro de la gama de cascos de carretera de Decathlon, el RoadR 500 está entre los mejor valorados por los usuarios y se entiende: cuesta bastante encontrar algo similar en otras marcas sin subir claramente el presupuesto.
En resumen, el Van Rysel RoadR 500 es el típico casco que compras para “salir del paso” y acaba ocupando un lugar fijo en el gancho de la puerta, listo para todas las salidas. Compacto, cómodo, bien ventilado y con una estética muy lograda, es una opción muy seria para cualquier ciclista que quiera un casco fiable sin gastar de más.










