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OURA Ring 4 Anillo Inteligente
OURA Ring 4 Anillo Inteligente
Desde hace una semana llevo el Oura Ring en el dedo y, aunque sé que necesita entre dos y cuatro semanas para estar “en su punto” y calibrarse bien conmigo, ya tengo sensaciones claras que quiero compartir. En este artículo te cuento cómo lo estoy usando como deportista, qué espero de él y por qué, si haces ciclismo, vela o deporte de resistencia, puede ser una herramienta brutal para optimizar tu rendimiento.
Cómo lo llevo y dónde me molesta
En el día a día apenas noto que lo llevo puesto: es ligero, discreto y mucho más cómodo que un reloj deportivo 24/7, especialmente cuando voy vestido de calle. Puedo ducharme y nadar con él sin problema porque es resistente al agua hasta 100 metros, así que no tengo que estar quitándolo y poniéndolo para cada actividad acuática.
Donde sí me resulta muy incómodo es navegando: por la posición en el barco, la tensión con la escota y la exigencia de la maniobra, el anillo me molesta en la mano y prefiero quitármelo durante la navegación seria. Ahí sigo confiando en el reloj y el pulsómetro de pecho para la parte “en directo” del esfuerzo, y dejo al Oura el trabajo fino de análisis antes y después de la sesión.
Qué datos me está dando (y los que espero)
Aunque solo llevo una semana, ya empiezo a ver cómo registra mi frecuencia cardíaca las 24 horas, las variaciones de la temperatura corporal y la calidad de mi sueño con bastante detalle. Lo que realmente busco es su puntuación de Readiness (preparación), que combina sueño, HRV, descanso y carga de actividad para decirme si ese día tiene sentido apretar en bici, en el gimnasio o si es mejor levantar el pie.
A medida que pasen las semanas y el anillo aprenda mis patrones, espero que sus recomendaciones sean cada vez más personalizadas: detectar noches malas aunque haya dormido horas, avisarme si mi recuperación no acompaña o si una racha de entrenamientos se está pasando de rosca.
Por qué prefiero un anillo a otro cacharro más
Una de las cosas que más me gustan es llevar la “centralita” de datos en un anillo que prácticamente desaparece en el día a día, en lugar de otro reloj enorme en la muñeca. El Oura Ring 4 lleva sensores de pulso (infrarrojo y verde), temperatura y movimiento que trabajan constantemente pero con muy bajo consumo, así que tengo varios días de batería sin pensar en cargarlo.
Para entrenar intenso sigo usando mi reloj y pulsómetro porque en ciclismo y vela la precisión en tiempo real manda, pero el Oura es mi “cerebro silencioso”: recoge la película completa de sueño, estrés, actividad y recuperación para tomar mejores decisiones al día siguiente.
Cómo quiero integrarlo en mi rutina de deportista
Mi objetivo es que el Oura se convierta en el filtro de decisión de la jornada: mirar por la mañana mi Readiness y mi Sleep Score y, en función de eso, decidir si toca series duras, rodar suave o descanso total. También quiero usar sus métricas de capacidad cardiaca (tipo VO2 estimado) y carga de actividad para ajustar mejor los bloques de entrenamiento y las semanas de descarga.
En vela me interesa especialmente cómo responde mi recuperación después de regatas largas o días de viento fuerte, para evitar encadenar fatiga, mala calidad de sueño y riesgo de lesión o bajón de rendimiento.
Si quieres probarlo tú también
Si te interesa dar un salto de calidad en cómo gestionas tu sueño, tu recuperación y tu carga de entrenamiento, el Oura Ring es ahora mismo uno de los dispositivos más completos y discretos del mercado. No es un simple “contador de pasos”, es una herramienta pensada para tomar decisiones inteligentes sobre tu energía diaria, tu salud y tu rendimiento deportivo










